Europa del Este y del Sur está soportando una ola de calor severa, con temperaturas que alcanzan más de 40 grados Celsius en muchos países, incluyendo Grecia, Croacia, Macedonia y Rumania. Impulsada por el aire caliente del norte de África, esta ola de calor prolongada ha generado amenazas significativas para los residentes y ha sobrecargado los mecanismos de protección y mitigación climática de las ciudades. A medida que las olas de calor exponen las vulnerabilidades de las infraestructuras urbanas, las ciudades de Europa están trabajando para implementar medidas que aborden estos desafíos.
Al Khuwair Muscat Downtown - ZHA . Image Courtesy of Oman Ministry of Housing and Urban Planning
Zaha Hadid Architects ha presentado un proyecto a gran escala para la reurbanización del paseo marítimo de Al Khuwair en el centro de Muscat, la capital de Omán. El proyecto de $1.3 mil millones abarca un área de 3.3 millones de metros cuadrados. Su objetivo es revitalizar la zona a través de principios de diseño liderados por la sostenibilidad para dar cabida al crecimiento poblacional esperado, que se espera casi se duplique para el año 2040. Los planes se desarrollan en colaboración con Buro Happold para incorporar y transformar los edificios existentes en el lugar, introducir medidas de resiliencia costera y climática, y crear una infraestructura eficiente orientada al tránsito.
El efecto "isla de calor" urbano se produce cuando aceras, carreteras y edificios absorben el calor del sol y lo irradian de regreso, provocando un aumento de la temperatura e impidiendo que la ciudad se enfríe. Con la creciente dependencia de los autos en las ciudades, también está aumentando el número de plazas de estacionamiento urbano para dar cabida a los edificios. Esto ha resultado en la conversión de grandes áreas de terreno permeable cubierto de vegetación en superficies duras e impermeables. El uso de materiales como el asfalto, combinado con la falta de sombra, superficies reflectantes de acero de los automóviles, y la pérdida de vegetación en estos extensos estacionamientos, contribuye a la amplificación de los efectos de las altas temperaturas y los eventos de calor extremo, lo que hace que los espacios urbanos sean incómodos. Esta transformación está impactando el clima de las regiones que dependen del automóvil y exige ideas y esfuerzos colaborativos para mitigar los efectos negativos del aumento del calor.
El 30 de noviembre de 2023 comienza la cumbre climática COP28 de la ONU en Dubái, Emiratos Árabes Unidos. El nombre significa Conferencia de las Partes bajo la UNFCCC y simboliza la reunión anual de los gobiernos mundiales con el propósito de establecer estrategias para limitar el alcance del cambio climático y sus efectos adversos. La cumbre del año pasado concluyó con varias medidas importantes, incluida la promesa de un fondo global destinado a brindar ayuda financiera a los países en desarrollo afectados por desastres climáticos.
El objetivo principal de la COP es reforzar los compromisos del Acuerdo de París, firmado en 2015, que busca mantener el aumento de la temperatura global por debajo de 1,5 grados centígrados. Dado que la industria de la construcción representa el 39% de las emisiones globales, la arquitectura juega un papel importante para ayudar a reducir nuestra huella de carbono, lo que hace de la COP28 un evento crucial para los arquitectos.
La crisis climática ha hecho que las olas de calor sean más probables y más intensas en todo el mundo. Se están registrando temperaturas récord y según datos internacionales, la primera semana de julio de 2023 fue la semana más calurosa registrada, poniendo en peligro a millones de personas. A lo largo de este verano del hemisferio norte, las olas de calor recurrentes han afectado a gran parte de Asia, Europa y los Estados Unidos, dando lugar a incendios en lugares como Grecia, España y Canadá, provocando advertencias de aire insalubre, evacuaciones y muertes relacionadas con el calor.
Las ciudades están en la primera línea de esta emergencia de salud pública. Las personas que viven en áreas urbanas se encuentran entre las más afectadas cuando ocurren las olas de calor, en parte debido a las islas de calor urbano. Este es un fenómeno que ocurre cuando las ciudades reemplazan la cobertura natural del suelo con densas concentraciones de superficies que absorben y retienen el calor, como pavimentos y edificios. Los niveles de riesgo de calor también varían según el vecindario, siendo los sectores menos acomodados e históricamente marginados los más afectados debido a la densidad de la población, el acceso limitado a los sistemas de refrigeración y la disponibilidad limitada de espacios urbanos verdes.
El cambio climático ha sido uno de los temas más apremiantes este año, y por una buena razón. Sus efectos son visibles no solo en los hábitats naturales, sino también en los entornos urbanos. La industria de la construcción juega un papel importante en esta dinámica. A lo largo del año, eventos como la COP27 destacaron la importancia de los esfuerzos para lograr cero emisiones netas y los desafíos que enfrentan los países en desarrollo afectados por desastres naturales cada vez más devastadores. Las posibles direcciones para el desarrollo incluyen acciones en varias etapas y escalas, desde la optimización de espacios verdes para la gestión del calor urbano, hasta el uso de materiales de construcción locales e innovadores para minimizar la huella de carbono, o la aprobación de leyes que ayuden a crear entornos urbanos y naturales más sostenibles.
Este artículo representa un resumen de los artículos publicados en ArchDaily durante el año 2022 con temas relacionados con el cambio climático y el potencial de la arquitectura para marcar la diferencia. Divide el tema en cuatro preguntas principales: ¿Qué están haciendo las ciudades para mitigar el calor urbano? ¿Cómo lidiar con el aumento del nivel del mar? ¿Qué fue la COP27 y por qué es importante? ¿Pueden los materiales de construcción ayudar a lograr estos objetivos? La última sección presenta un panorama de la nueva legislación aprobada a lo largo de 2022, como una forma de entender cómo los gobiernos estatales y municipales están imponiendo esta necesidad de cambio.
Transportation Alternatives y el Instituto Tecnológico de Massachusetts han lanzado una nueva herramienta digital, Spatial Equity NYC, para ayudar a los usuarios a comprender cómo se distribuye y restringe el espacio en los vecindarios de la ciudad de Nueva York. La herramienta evalúa el uso de calles, aceras y espacios públicos, ya que son factores clave que influyen en datos como la contaminación, las muertes por accidentes de tránsito, la accesibilidad o la calidad del aire. Los datos recopilados muestran una correlación directa entre los vecindarios con comunidades de bajos ingresos, comunidades de color y las formas perjudiciales en que se usa el espacio público, lo que genera problemas de salud y movilidad.
Kuwait está planeando una urbanización de 1.600 hectáreas que proporcionará unidades residenciales, puestos de trabajo y servicios para 100.000 residentes. Desarrollado por URB, el ambicioso proyecto pretende promover un estilo de vida sostenible con un alto nivel de vida, pero con un bajo impacto en el medio ambiente. El plan maestro de la ciudad inteligente está diseñado para optimizar la densidad y la distribución de los servicios para crear una ciudad transitable, al tiempo que se optimiza la proporción de espacios verdes. Esto ayudará a mitigar los efectos del aumento de las temperaturas y el efecto de isla de calor urbano. Los sistemas de transporte verde y los carriles exclusivos para bicicletas harán de ésta una ciudad sin coches, con una carretera de circunvalación que permite el acceso limitado de vehículos. La ciudad también promueve una economía circular que pretende proporcionar seguridad alimentaria y energética a los residentes.
Los espacios verdes urbanos se consideran una de las formas más adecuadas y accesibles de mitigar los efectos del aumento de las temperaturas en los entornos urbanos. A medida que el clima global se calienta, las ciudades de todo el mundo se enfrentan a olas de calor más frecuentes y extremas, poniendo en riesgo a sus ciudadanos. Muchas ciudades están empleando estrategias para reducir el impacto de las islas de calor urbanas, que se generan cuando la cubierta natural del suelo se sustituye por superficies que absorben y retienen el calor, como las aceras y los edificios. Esto hace que la temperatura aumente varios grados en comparación con el entorno. Las ciudades tienen su microclima, influenciado por este fenómeno combinado con una serie de factores que a menudo se pasan por alto. Para que una estrategia climática sea eficaz, hay que tener en cuenta todos los factores.
Las ciudades del hemisferio norte se están preparando para los próximos meses de verano, que se espera que sean más cálidos y secos que el promedio. El Centro Europeo de Previsiones Meteorológicas a Medio Plazo advierte que las temperaturas aumentarán por encima de lo normal en el centro y el sur de Europa este verano. De manera similar, el pronóstico para los Estados Unidos predice un clima más cálido y precipitaciones por debajo del promedio que probablemente provoquen una megasequía. Esto representa una amenaza para los ciudadanos, especialmente en las ciudades más grandes, donde el asfalto absorbente de calor y el calor residual generado por el uso de energía crean un efecto de “isla de calor”. Se traduce en temperaturas hasta 10 °F (5,6 °C) más cálidas en las ciudades en comparación con las áreas naturales circundantes.
Las prolongadas olas de calor han sido cada vez más comunes en los últimos años y las ciudades están ideando varias estrategias para combatir el efecto de isla de calor urbano. Este verano, Sídney experimentó temperaturas abrasadoras de hasta 50 grados centígrados por lo que, recientemente, las autoridades prohibieron los techos oscuros en las viviendas nuevas y ordenaron buscar alternativas de colores más claros para reflejar la radiación solar. En Europa, Atenas ha tomado el ejemplo de Miami y ha contratado a un Director de Calor, encargado de encontrar estrategias para hacer frente a las olas de calor y los incendios forestales que llevaron a una gran cantidad de residentes a abandonar la capital.
Bryggervangen y Sankt Kjelds Square en Copenhague. Imagen cortesía de SLA
Para este mes, The Dirt y el autor Jared Green comparten con nosotros un estudio sobre las islas de calor urbanas, que explora nuevos enfoques diseñados para reducir sus temperaturas y ayudar a las comunidades a adaptarse a un mundo más cálido, en tres ciudades: Nueva York, Copenhague y Abu Dhabi.
https://www.archdaily.cl/cl/964018/las-islas-de-calor-urbano-son-cada-vez-mas-peligrosas-pero-los-arquitectos-y-urbanistas-tienen-solucionesJared Green
En la pasada primavera boreal, Los Angeles testeó un nuevo enfoque para combatir el alza de la temperatura en el centro de la ciudad. Tras elegir una calle por cada uno de los 15 distritos de la urbe, el proyecto piloto las cubrió on CoolSeal, un revestimiento reflectante desarrollado por la compañía GuardTop.
Después de ver una diferencia entre 6° y 7° grados Celsius en la superficie de las avenidas revestidas, Los Angeles y otras ciudades planean implementar este revestimiento en más calles y cubiertas para reducir los efectos colaterales de las denominadas "islas de calor".