
El primer interruptor de luz ha recorrido un largo camino desde su invención en 1884 por John Henry Holmes en Newcastle, Inglaterra. La ingeniosa tecnología de "ruptura rápida" de Holmes transformó la forma de gestionar la electricidad, garantizando un control de la iluminación más seguro y eficiente. Desde entonces, los interruptores han evolucionado tanto en forma como en función, adoptando diversos diseños: desde palancas y osciladores hasta modelos con iluminación LED y elegantes sensores táctiles. Además, su funcionalidad se ha diversificado, permitiendo gestionar mucho más que la iluminación con un simple toque, revolucionando la comodidad y adaptabilidad de nuestros espacios interiores.