
El legado arquitectónico de Oporto ha estado moldeado durante mucho tiempo por el peso de la historia y la claridad de la forma. Desde la obra de Álvaro Siza hasta la densa red de estudios que emergen de las escuelas de la ciudad, Oporto ofrece una mezcla única de continuidad y reinvención. Aquí, la arquitectura no es solo una cuestión de diseño, sino a menudo de resistencia — de trabajar dentro de las limitaciones, de dibujar con precisión y de navegar en un entorno construido marcado por la permanencia y la resistencia al espectáculo.