Siendo uno de los primeros métodos de construcción desarrollados por los seres humanos, la tierra ha demostrado su resistencia y durabilidad a lo largo del tiempo. Si bien las técnicas constructivas han ido evolucionando y actualizándose con el paso de los años, aún queda un gran camino por explorar donde la comprensión del clima, la ubicación geográfica, la sostenibilidad, los requisitos estructurales y demás factores determinan su grado de aplicación.
De bajo impacto ambiental y capaz de utilizarse a partir de una gran variedad de técnicas, como por ejemplo, los muros de tierra apisonada o tapiales, este material ofrece la posibilidad de aportar no solo estética sino también confort térmico, aislación y otros beneficios. Con la intención de descubrir las diferentes maneras en que se ha utilizado, nos propusimos seleccionar unos 12 proyectos distribuidos a lo largo de Latinoamérica pasando por Argentina, Brasil, Bolivia, Chile, México, Paraguay, Perú y Ecuador.
La mayoría de los habitantes de grandes centros urbanos ya debe haber deseado, al menos por un momento, cambiar el caos de la ciudad por el silencio y la tranquilidad de la naturaleza. Con el creciente deseo por esta experiencia, los sectores de turismo y hotelería en los países latinoamericanos han estado invirtiendo en complejos ubicados dentro de los bosques. Inspirados en el concepto de turismo ecológico, estos refugios están diseñados para integrarse al ambiente, utilizando materiales locales y técnicas tradicionales que respetan el ecosistema y promueven la sostenibilidad.
A nivel global, la arquitectura contemporánea continúa indagando en herramientas y metodologías de diseño para integrar la naturaleza en los espacios habitables dado sus comprobados beneficios y aportes a la mejora en la calidad de vida de las personas. Si bien existen diferentes creencias religiosas alrededor del mundo, la arquitectura religiosa por lo general se expande más allá de sus usos y funciones para conectar con lo sagrado. Sentidos, memorias y emociones se transmiten en estos espacios a partir del uso de ciertos materiales, organizaciones espaciales y hasta sonidos y aromas que potencian las experiencias en atmósferas de espiritualidad, divinidad y reflexión. En México, Chile, Ecuador, Brasil o Uruguay, proyectos de espacios de culto abiertos al exterior dan cuenta de una arquitectura capaz de adaptarse a diferentes entornos naturales manteniendo la premisa de que cada religión se encuentra ligada a una identidad social y demanda un vínculo particular con su comunidad y su paisaje circundante.